
Os presento a nuestra mascota, Marley. Su historia esta plagada de misterio y de mutaciones. Todo empieza cuando un mañana como cualquier otra, al levantar una de las persianas del comedor, descubro que hay algo diminuto reptando tímidamente por mi bonsai. Al fijarme bien, pues casi no lo distinguía, ¡imaginad su diminuto tamaño!, descubrí que era un caracol! Uno muy pequeño y de color negro. Cualquier otro lo hubiera tirado por la ventana, por miedo a que el bichito se comiera las raíces del preciado árbol. Pero yo soy incapaz de matar a cualquier bicho viviente por el simple hecho de que me moleste. Así que decidí adoptarlo. Le puse el nombre de Marley por sus andares desenfrenados de porreta y su color negro. Pero, como podéis apreciar, se ha ido aclarando a medida que crecía. Quizá debería haberlo llamado Michael...